Control de calidad de las emergencias sanitarias italianas

Ya me queda poco para que se me acabe la vigencia de la tarjeta sanitaria europea (y entre oficialmente en la categoría de vagos y maleantes), y todavía no había probado cómo funcionaba eso. Además, siempre tiene uno una cierta curiosidad respecto a cómo es eso de ponerse enfermo de viaje por el extranjero.`

Así que para poder experimentarlo y dejar aquí unas indicaciones útiles, decidí ponerme enfermo en Italia. Concretamente, una buena infección de muelas.

Para la realización del experimento, primero preparé la situación de partida adecuada. La noche del 25 al 26 de Mayo, la noche previa a dejar los alrededores de Venecia, la dediqué a poner en marcha una infección de muelas. El 26 y 27, camino de Florencia y visitando Florencia respectivamente, me dediqué a incubarla  fuego lento, intentando ligeras soluciones para solucionar las molestias (enjuague bucal, etc.), pero nada que me fastidiase el experimento y remediase la infección. El Sabado 28, ya con la infección empezando a mostrar claramente su potencial, hice el primer tanteo del experimento: preguntar en el camping donde podría ir a mirar un problemilla con una muela. Me sugirieron que podían llamar a uno privado que conocían ellos (bien), aunque mejor llamarlo algo más tarde (era tempranito, pues ya íbamos a salir camino de Roma). De lo contrario, me informaron que al ser sábado al médico de atención primaria (o equivalente) nada, y que lo único acudir a las urgencias de un hospital.

Dado que el escenario del experimento aún no estaba listo para una visita a urgencias de un hospital, seguimos el camino hacia Roma, disimulando mis verdaderas intenciones con el uso de remedios caseros varios (e.g. enjuagues agua con vinagre y sal).

De esta manera, logré preparar el escenario perfecto: una noche de sábado a domingo a las 2 y media de la madrugada, con un flemón y 39.5 grados centígrados de fiebre (y subiendo) por una infección de muelas.

Se testearon cuatro cosas:

• Respuesta de apoyo del alojamiento turístico (camping), ya testeada una primera vez positivamente en Florencia.
• Respuesta del sistema sanitario italiano y uso de la tarjeta sanitaria europea.
• Respuesta de la red de farmacias.
• Respuesta de los sistemas de transporte auxiliares (Taxis).

1) Respuesta del camping

A diferencia del camping de Florencia, la respuesta en este fue más deficiente. Está claro que el nivel de comunicación entre un italiano y un español hablando en sus respectivos idiomas depende mucho de qué dos personas: con la mitad me entiendo bien. Con la otra mitad ni me entienden ni los entiendo, y hay que recurrir al Lenguaje Intermedio Universal: el inglés.

Este fue el caso en el camping de Roma. Y entre eso y el nivel bajo-medio de ingles del de recepción de guardia (recordad, 2:30h), pues al final acabo sugiriendonos un hospital cercano. Cercano sí, pero donde no asistían problemas odontológicos. Eso sí nos lo dijo, aunque por como lo dijo parecía que era general en urgencias de los hospitales de Roma. En realidad, tienen un hospital odontológico, que es a donde nos sugirieron ir desde el primero.

2)  Respuesta del sistema sanitario italiano y uso de la tarjeta sanitaria europea.

Fue en general bastante buena (de notable). En el primer hospital se negaron a atenderme porque no atendían problemas odontológicos (tampoco a tratarme la fiebre), pero me sugirieron ir a otro, que estaba en el centro de Roma en vez de en las afueras junto al camping, y que era el centro odontológico.

En este segundo me atendieron sin ningún problema con la tarjeta sanitaria europea, y sin la más mínima espera ni colas (en el primero en urgencias tampoco había casi nadie, en este nadie). Deduzco que el cartel en la pared indicando que aquellas asistencias médicas que decidan que no eran urgencias costarán 25 euros tiene un cierto efecto beneficioso en la fluidez del servicio. En mi caso decidieron que sí era urgencia. Aunque no tengo muy claro si es que lo consideraron importante o que antes habían sido médicos militares, porque el tratamiento recetado fue mas bien del estilo del ejército: una docena de inyecciones de antibióticos (par de banderillas por día, 6 días) y unos calmantes/antiinflamantorios que debían de ser para caballos.

3) Respuesta de la red de farmacias

En el centro odontológico me indicaron una farmacia de guardia (relativamente) cerca, y entre el croquis que me dibujaron y la inestimable ayuda del Google Maps en el móvil (bendita tarjeta de Internet móvil italiana que me compré para tener Internet por aquí) lo localizamos.

Resultado del primer muestreo: de los dos medicamentos (inyecciones de antibióticos y calmantes-antiinflamatorios), de los primeros tenían sólo 11 de las 12 dosis, y de los segundos no tenían. Las 11 dosis de antibióticos costaron unos 75 euros, de los cuales con la tarjeta sanitaria europea NO te descuentan NADA. En esta farmacia me indicaron la dirección de otra farmacia de guardia cercana, y de nuevo gracias a google maps me planté allí.

Resultado del segundo muestreo: tampoco tenían los calmantes/antiinflamatorios. Además, sus comentarios dejaron claro que no los tenían porque la dosis (2 gramos por pastilla) del principio activo de esas pastillas era muuy fuerte. Tampoco sabia de otra farmacia de guardia (sólo una, la que nos mandó allí). Así que entre eso, que eran las 5 de la mañana, que la dosis del calmante/antiinflamatorio era fuerte, y que total antiinflamatorios normales ya teníamos (ibuprofeno y similares), dejamos el estudio farmaceutico en este punto.

Un detalle más: en Italia excusas el truquito de acercarte a una farmacia, que si está cerrada tienen en la puerta una lista de las de guardia más cercanas. Aquí no tienen ninguna lista, así que te quedas como estabas.

4) Respuesta de los sistemas de transporte auxiliares (Taxis)

Lo más irregular y poco fiable de lo analizado.

Primer muestreo: el taxi para llevarnos del camping al hospital de al lado (menos de 2 km) llegó en unos 15-20min, pero con un precio inicial de 19 euros¿??. Además el taxista no sabía donde estaba el hospital (en cuanto arrancó preguntó por radio a los del servicio de teletaxi). El trayecto total costó 25 euros. Después nos enteramos de que no es lo normal, pero como te cobran normalmente ya el recorrido hasta recogerte, pues según desde donde venga y las vueltas que den para encontrarte, a veces te vienen con esas (y si no sabia donde estaba el hospital, fijo que dio vueltas para buscar el camping).

Con este aprendimos otra sugerencia: en estos casos, y si tienes suerte de ir acompañado, no despidas directamente al taxi: primero comprueba que en ese hospital te van a atender, y entonces lo despides. Así si en ese hospital te remiten a otro, no tienes que llamar a otro taxi, esperar por el, y volver a pagar otra bajada de bandera.

Segundo muestreo: este muestreo fue fallido completo. Hasta dos taxis llamaron desde el hospital, aprox. 1h de espera, y ninguno apareció. Por suerte una señora italiana que también tenia que volver al centro nos sugirió compartir el taxi, llamo a la compañía con la que suele viajar ella (que consideraba mas fiable) y en 15 minutos tuvimos el taxi allí. No se si los nuestros llegaron alguna vez, ni me importa. Suelo ser considerado con no llamar un taxi y después desaparecer. Pero después de 1h esperando por ellos, hasta considero justicia que se queden tirados sin cliente al que recoger.

Tercer muestreo: el taxi que llamó la señora fue serio. Nos costó los mismos 25 euros la carrera desde el hospital de las afueras al del centro, con el desvió hacia donde vivía la señora. Y el taxista sí sabía donde estaban los sitios a los que ir.

Cuarto muestreo: En la segunda farmacia le pedimos que nos llamase un taxi. Primero fue reticente y me sugirió que llamara desde mi móvil, pero como el numero era "numeración especial" (6 dígitos) y mi móvil español, le dije que no iba a funcionar (y se lo demostré, que no parecía del todo convencido). Así que al final accedió y llamó él.

En este caso el taxi apareció en poco más de 2 minutos (se ve que en Roma centro sí que están pululando, lo contrario a si lo necesitas en las afueras). Este taxista tampoco sabía donde estaba el camping, pero por suerte yo ya sabia el nombre del primer hospital (cercano al camping) y como ir de uno a otro, así que le sugerí que tirase hacia el hospital y después ya lo guiaba yo. Coste de esta carrera: 30 euros.

En resumen: `

• Asistencia médica razonable.
• Sin problemas para la asistencia médica con la tarjeta sanitaria europea, pero NO cubren medicamentos (no se si se pueden reclamar una vez de vuelta en España, pero como he traspapelado el ticket de la farmacia ....)
• Los taxis no son caros si no te sale un despistado/listillo que venga con el taxímetro ya subido a la parra. Pero aquí los taxistas no se conocen en general los sitios (el que tuvo que llamar par preguntar donde estaba el hospital ...)
• Si necesitas ir a una farmacia de noche o en domingo/festivo y no sabes cuales son las de guardia ... tienes un problema. No lo indican en las cerradas, y la verdad es que, ¿a quién le preguntarías?
• Si os recetan inyecciones, cuando paséis por la farmacia pedid también las jeringuillas. Así os evitareis al día siguiente (domingo) intentar buscar una abierta, y cansados de no encontrarla ni indicaciones, volver a bajar al centro a la que conocéis (eso si, de esta ya en mi coche y con la ayuda del Google Maps y que ya sabía la dirección).
• Fijaos si soy profesional a la hora de hacer un análisis. Porque lo de la muela fue todo por el bien de la ciencia eh, que conste. Que uno es un macho y a los machos una muela no les hace pedir clemencia ;).

PD: Ya os pondré fotos y demás de Venecia, Florencia y Roma. En unos días toca camping con wifi y antes de terminar el periplo italiano las subo.