Ni pretendiéndolo coincido tan bién con algunos eventos. Primero fue en Nuremberg, donde llegué el fin de semana que se celebró el "RedBull District Ride", consistente en bicivoladores dando chimpos de 15 metros mientras hacían cabriolas. Y poco después, el día antes de pasar por las cercanías de Frankfurt me entero que esos días es la Feria Internacional del Automovil de Frankfurt.
Así que ya que Valladolid pasaba por el Pisuerga, pues me fui a dar una vuelta.
Describiéndolo básicamente, la Feria consiste en exhibir los últimos modelos de las marcas, aderezado con los Concept Cars. ¿Y qué son los Concept Cars? Pues según los fabricantes, prototipos de "modelos por venir", "para ensayar nuevas ideas/conceptos". En realidad, idas de olla de los comerciales. Es decir, supongo que en un principio eran eso que dicen, pero claro, en la carrera "pues yo más" que caracteriza a los comerciales, los Concept Cars han acabado consistiendo en hacer que el departamento de diseño haga coches "molones de exhibir", aunque jamás se pretendan comercializar así, ni parecido.
Y claro, como esta vez es el departamento de márqueting quien define los requisitos del coche, estos tienen que ver sobre todo con que "me se vea chulo en la Expo". Por esa razón, todo Concept Car tiene que cumplir dos reglas no escritas básicas e ineludibles: